En el caso de las perras, el embarazo dura entre 61 y 65 días. Se suele medir desde el día en que empiezan a ovular hasta el día en el que dan a luz. La gestación dura tres trimestres, cada uno de los cuales dura unos 21 días.
Es posible que los dueños de las perras no se den cuenta de los primeros cambios físicos en su cuerpo y que lo descubran sólo cuando esté bien avanzado el último trimestre. Por desgracia, descubrir el embarazo de tu mascota no es tan fácil como realizarse un test de embarazo casero. La mayoría de las veces, sólo se descubre cuando se acude al veterinario.
También puedes estar atento a los siguientes signos comunes de embarazo en tu perra:
1. Disminución del apetito y náuseas matutinas
Uno de los primeros signos de que podría estar embarazada es la falta de apetito. Al igual que los humanos, no todos los perros experimentan este síntoma, pero algunos empiezan a comer menos de lo habitual, especialmente durante las dos primeras semanas de gestación. No obstante, no debes preocuparte, ya que lo compensarán en las fases posteriores.
Si tu amigo peludo se resiste a comer durante este periodo y vomita ocasionalmente, no le obligues a comer. Puedes intentar hacer más atractivas sus comidas añadiendo carne picada y arroz a sus croquetas. Deja que coma todo lo que quiera sin preocuparte de que pase hambre. En la mayoría de los casos, una perra embarazada sana no pasará más de un par de días sin comer. Sin embargo, si sigue evitando la comida, llévela a un buen veterinario para que la examine adecuadamente.
2. Reducción de la actividad física
Aunque es perfectamente normal que los perros se queden sin hacer nada de vez en cuando, los que tienen niveles de energía elevados rara vez se quedarán sin hacer nada durante mucho tiempo. Si tu perro ha mostrado una disminución repentina de la actividad física, considera si es feliz o no. Sin embargo, si todo sigue como antes, pero su felicidad parece ser baja, podría deberse al embarazo.
Ahora bien, este parón del nivel de energía de tu perra no aparecerá en un momento concreto, sino que se dispersará a lo largo del embarazo. Recuerde que necesitará conservar más energía para hacer frente a los cambios en su cuerpo y al inminente parto. Por lo tanto, es normal que sea menos activa físicamente y que duerma más durante esta fase.
3. Desarrollo de las mamas y cambios en los pezones
El desarrollo de las mamas es una señal fiable de que el cuerpo de tu mascota se está preparando para la maternidad. Por lo general, los pezones de una perra no preñada son diminutos y la piel bajo ellos es plana. Sin embargo, se agrandan durante la gestación a medida que comienza la producción de leche y la preparación para la lactancia. Se puede notar el desarrollo a las dos o tres semanas de la gestación.
Además, el color de los pezones, especialmente los últimos cuatro o cinco antes de las patas traseras, puede empezar a volverse rosado. Esto ocurre por el aumento del flujo de sangre a esa parte. Este cambio es visible en cuanto comienza el desarrollo de las mamas.
CAMBIOS ABDOMINALES
Como la nueva vida (o las vidas) está creciendo dentro de tu perra, su abdomen lo reflejará agrandándose. Puedes empezar a notar el agrandamiento durante el segundo trimestre y será mayor en el tercero. También puedes controlar el aumento de su peso, ya que el peso de una perra embarazada habrá aumentado entre un 25% y un 50% alrededor del día 40 del periodo de gestación.
Si el desarrollo de las mamas no se aprecia, los pezones no aumentan de tamaño o no hay un gran aumento de peso, puedes comprobar si hay embarazo palpando el abdomen. Al cabo de un tiempo, es posible que incluso puedas sentir cómo se mueven los cachorros.
Es posible que a las perras embarazadas no les guste que les toquen la barriga. Además, los pezones pueden estar doloridos, por lo que debes evitar tocar esa parte en la medida de lo posible. Si tu perra se siente incómoda con alguno de tus movimientos sobre su cuerpo, deja de hacerlo inmediatamente.
5. Cambios de comportamiento
Casi todas las perras embarazadas muestran algún grado de cambio de comportamiento. Algunas se vuelven pegajosas y cariñosas con su dueño para poder estar cerca de él, ya que se sienten inseguras ante los cambios que experimentan. Otras permanecen distantes la mayor parte del tiempo y se vuelven ligeramente gruñonas. Estos cambios se hacen patentes a los pocos días de la gestación. Otros cambios de comportamiento a los que hay que prestar atención son:
a. Anidación: Después de quedarse embarazada, la perra comenzará a anidar. La mayoría de las veces, el “nido” es el mismo lugar donde la perra duerme por la noche, especialmente si dicho lugar es espacioso y seguro. Por lo tanto, es posible que los dueños no se den cuenta de esta señal con claridad. Sin embargo, si descubres que pasa más tiempo del habitual en el mismo lugar, podría significar que está anidando.
A medida que la perra se acerca al parto, pasará cada vez más tiempo en una zona concreta de la casa. Esta es una señal inequívoca de que los cachorros están a punto de nacer y es hora de empezar a prepararse para su llegada.
Cuando una perra embarazada está anidando, suele tumbarse de lado en lugar de dormir en sus posiciones habituales. Esto es así porque está protegiendo a sus cachorros.
b. No es tan juguetona: Una perra embarazada no es tan juguetona como suele serlo. De hecho, es posible que no quiera jugar en absoluto. Si era del tipo juguetón que estaba deseando salir, pero ya no parece ser así, podría deberse a que está embarazada.
Los perros pueden volverse menos juguetones cuando están cansados, pero seguirán haciendo el esfuerzo de acercarse a ti y abrazarte o tumbarse a tu lado. Las perras embarazadas rara vez muestran ese comportamiento. A medida que pase el tiempo y se acerque la fecha del parto, estará menos dispuesto a jugar de cualquier manera. Puedes hablar con el veterinario para comprobarlo.
c. No dejarse ver por ahí: Si ya no quiere pasar tiempo contigo como lo hacía habitualmente, podría ser porque ya ha dado a luz y no te has dado cuenta. Puede que esté anidando y, por tanto, pasando menos tiempo contigo. Como el periodo de gestación dura sólo dos meses, es posible que ni siquiera notes este cambio.
Si la perra se retira con frecuencia al mismo lugar, como tu patio trasero, una y otra vez, es recomendable que la sigas hasta allí para ver qué le ocurre. Esto es especialmente aplicable si ves que se lleva comida. Puede que lo haga para alimentar a su cría, que puede haber nacido sin que te dieras cuenta.
Conclusión
Descifrar si tu mascota está o no preñada en las primeras fases requiere de una gran habilidad. A medida que avanzan las fases, los signos también se hacen más evidentes. Entender lo que ocurre dentro de su cuerpo es crucial para poder cuidarla. Lo mejor es que te informes sobre otros posibles síntomas y sobre la gestación para poder proporcionarla los mejores cuidados durante esta emotiva fase.